Cuento 7. Mis 10 días en prisión. Cuarta Parte.
A cuestas con mi dolor por la muerte de mi padre y sintiéndome peor día a día rodeada de gente indeseable en condiciones deplorables, pedí a la Directora del Centro que me permitieran salir al funeral de mi padre y otra vez primó el negociado que tienen las Instituciones Públicas en Ecuador ya que volvieron a pedir 150 dólares para permitirme cumplir con mi deber de hija. Como nadie me ayudó a pagar esa imposición no pude darle a mi padre el último adiós. Los días siguientes fueron para mí más tristes, ninguno de mis hermanos me visitó en la prisión. Las filas para recoger la comida eran preferenciales, iban primero las reclusas a las cuales les habían dado autoridad dentro del Centro y las últimas recibían las sobras de lo que quedaba. Para lavar la ropa había que madrugar para ganar una piedra pues cuando abrían las puertas salían en estampida éstas mujeres peleadoras y sin educación. Siempre me mantuve con bajo perfil porque si sabían que tenía títulos univers...