La verdad de una infamia. (7)
Y llegó el día del juicio, ella con abogado, con testigos, con un legajo tan grande que yo veía hojear a la jueza y me preguntaba qué tanto odio, calumnias, mentiras y sabrá Dios qué otras cosas que yo nunca ví, había en ese legajo. Las fotos eran de tamaño afiche donde se veían los rasguños que yo le había hecho a la "hijita de mamá", todo bien preparado. Yo llegué sola, sin abogado, sin testigos y sin legajo. Adivinen a quien le dieron 10 días de cárcel? A mí, primero porque yo no vivo allá y no conozco las leyes de Ecuador así sea mi país de origen, segundo mis hermanitos me dejaron sola, no movieron un dedo para ayudarme y tercero la abogada de oficio que me asignaron creo que estaba más dispuesta a hundirme que a auxiliarme. En este punto tengo que aclarar que cometí un error garrafal al no decirle a mi padre que su propia hija me iba a meter presa, por temor a que sufriera aún más, le diera un infarto y se muriera por mi culpa. Los hermanitos también aceptaron callar ...