Cuento 9. Tercer Capítulo.
Llegué con muchas ilusiones a Pelileo, llevaba una vida de reclusión, no salía nunca y estaba dedicada a mi trabajo. La única persona con quien interactuaba era con el locutor de la emisora, quien no me imaginaba que acostumbraba irse al cierre de la programación y me dejaba bajo llave sin decírmelo. Una noche me dió un fuerte cólico estomacal, me dirigí a abrir la puerta y buscar una farmacia, pero oh sorpresa! recién en ese momento me vengo a dar cuenta que todas las noches quedaba encerrada. Mi furia no tenía límites, empecé a gritar a mis vecinos para que me auxiliaran, vino la policía y forzó la puerta para que yo pudiera salir, tenía un ataque de claustrofobia - si a mi me encierran me desespero y me pongo histérica - Tratamos de localizar al locutor y no respondía, ya más calmada empecé a maquinar darles una buena lección. Como ese mes aún no me habían pagado tomé las cosas de más valor de la casa y mis maletas para tomar un autobús...