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Mostrando las entradas de agosto 12, 2024

Cuento 15. El Cuento de Nunca Acabar. Décimo Octavo Capítulo.

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  CUENTO   15 EL CUENTO DE NUNCA ACABAR  DÉCIMO  OCTAVO  CAPÍTULO  Ya faltaban pocos días para que se venciera el plazo para empezar el juicio, la abogada pensaba y pensaba cómo pagar la fianza de las chicas.  De pronto recibe una llamada de los hermanos de las chicas que le dan la gran noticia que han conseguido el dinero para la fianza. Anselmo, Ruperto y Plutarco habían pedido préstamos en sus trabajos para reunir el total de la fianza.  Las chicas saltaban de alegría, lo mismo sus padres, el día que fueron a liberarlas.  Ahora que estaban fuera de prisión podía su abogada planear inteligentemente la trampa en la que caerían los culpables. La abogada empezó armando el expediente con las declaraciones de las chicas, alumnos del Colegio y directivos de la Institución  que tenían pruebas de las fechorías perpetradas por éstos chicos mimados, inescrupulosos y malvados. Aunque los incidentes ocurridos no fueron graves porque no h...

Cuento 15. El Cuento de Nunca Acabar. Décimo Séptimo Capítulo.

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  CUENTO    15 EL CUENTO DE NUNCA ACABAR  DÉCIMO  SÉPTIMO  CAPÍTULO  Los padres de las chicas fueron llamados por el Dr. Rufino y su esposa para anunciarles que ya sus hijas no podían vivir más en su residencia, debido a que estaban acusadas de un delito muy grave y que tendrían que llevarse todas las pertenencias de las chicas. La sra. Narcisa tomó las manos de la sra. Aurora con su rostro anegado en llanto, rogándole que por la amistad que tuvieron desde niñas la ayudara con el dinero de la fianza, ya que ellos eran pobres y no podían pagar esa gran suma.  Le rogaba que sólo sería un préstamo y que ellos venderían hasta su granja para pagarle. La sra. Aurora fríamente le negó su ayuda, los despidió sin miramientos, dejándoles en la calle con todos los paquetes de ropa de sus hijas.  Se sintieron tan desvalidos, tan desgraciados de su mala suerte y angustiados por la detención de sus hijas, pues ellos estaban seguros que ellas no fueron capa...