Cuento 15. El Cuento de Nunca Acabar. Décimo Séptimo Capítulo.

 CUENTO    15

EL CUENTO DE NUNCA ACABAR 

DÉCIMO  SÉPTIMO  CAPÍTULO 



Los padres de las chicas fueron llamados por el Dr. Rufino y su esposa para anunciarles que ya sus hijas no podían vivir más en su residencia, debido a que estaban acusadas de un delito muy grave y que tendrían que llevarse todas las pertenencias de las chicas.

La sra. Narcisa tomó las manos de la sra. Aurora con su rostro anegado en llanto, rogándole que por la amistad que tuvieron desde niñas la ayudara con el dinero de la fianza, ya que ellos eran pobres y no podían pagar esa gran suma.  Le rogaba que sólo sería un préstamo y que ellos venderían hasta su granja para pagarle.

La sra. Aurora fríamente le negó su ayuda, los despidió sin miramientos, dejándoles en la calle con todos los paquetes de ropa de sus hijas.  Se sintieron tan desvalidos, tan desgraciados de su mala suerte y angustiados por la detención de sus hijas, pues ellos estaban seguros que ellas no fueron capaces de cometer ése crimen. 

Después de haber hecho la autopsia a cada uno de los cuerpos de las 7 víctimas, llegó el día del sepelio.  Los familiares estaban acongojados, a la salida del cementerio lanzaron consignas al Comando Policial pidiendo hasta pena de muerte para las dos chicas.

Mientras tanto la abogada con toda la información recabada estaba ultimando la estrategia para poder salvar a las dos inocentes, ya que ella ahora sí estaba segura de la culpabilidad de los malvados muchachos.  Pero tenía que superar muchas dificultades para poner en marcha sus planes.

La primera traba era el pago de la fianza que era demasiado alta, ya que ella necesitaba que las chicas estuvieran fuera, ellas formaban parte de la trampa que les preparaba a los chicos;  la otra era la falta de testigos, ésto afectaba la credibilidad de las chicas, pero ella seguía buscando día a día, esperando que la justicia divina  la condujera a una alternativa para librar a esas muchachas inocentes de una pena de muerte o una cadena perpetua.  Además los chicos tenían el mejor abogado de la ciudad, pero eso no la amilanaba a la abogada, ella confiaba en recaudar pruebas infalibles para ganar esa partida desigual.

CONTINUARÁ....

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