Cuento 6. Quinta Parte.
Dejé volar a mis hijas solas en busca de su futuro y empecé a vivir mi vida a plenitud. No todo era trabajo, disfruté de la vida nocturna de Barcelona, de sus discotecas espaciosas con diferentes salones donde música bailable latina me invitaba a recordar lo buena bailarina que siempre fui. Los bares en esa centelleante ciudad permanecían abiertos toda la noche, esa ciudad insomne tenía un bar en cada cuadra donde los amigos pedíamos tapas como dicen ellos a los bocadillos y la espumante cerveza Damm que tiene su industria precisamente en ese puerto, servía como aperitivo para pedir nuevos y variados platos de la cocina mediterránea especialmente pescados y mariscos. El metro, el tranvía y modernos autobuses nos llevaban a cualquier hora a visitar museos espectaculares como el Museo Nacional de Arte de Cataluña ( Museu Nacional D'Art da Catalunya) que ni en dos días podías llegar a conocerlo completamente. Otro de los regios museos que visité es ...