ANECDOTARIO PERSONAL .
SEGUNDA EMISIÓN .
MARIPOSÓN...JAJAJA.
Después de mi divorcio me volví a enamorar de un primo en segundo grado, menor que yo, pero el corazón se manda sólo y le di rienda suelta a mis sentimientos. No me importaban los cuchicheos, ni las críticas, ni el qué dirán. Yo creí que él sentía lo mismo que yo, pero el destino me tenía reservada una gran y desagradable sorpresita.
Ya llevábamos más de un año de amores y un día se me ocurre contarle confidencialmente de un comentario que escuché de un chico homosexual que me atendía en su peluquería. Éste chico me comentó reservadamente que antes de «salir del closet» había mantenido relaciones con mujeres pero ninguna le dio tanto placer sexual como cuando empezó a tener relaciones sexuales con hombres.
Yo me quedé asombrada y confundida tal como se quedó mi amado tormento de ese entonces, aunque él además quiso poner en práctica esa sensación homosexual.
Jamás me imaginé que el susodicho tenía esas inclinaciones o que era «mariposón» como decía mi padre, pero a pesar de haber escuchado ciertos rumores de la familia, que sospechaban que se había «cambiado al otro equipo», ya que estaba camino de los cincuenta y nunca se había casado, yo hacía oídos sordos y seguí adelante con el romance.
Yo tuve que viajar por asuntos de trabajo y volví después de dos días de ausencia. Cuando entré al dormitorio, lo encontré acostado junto a un amigo suyo, en actitud muy sospechosa. Inmediatamente empecé a recoger mis cosas para largarme y terminar con esa relación. Él me juraba que no había pasado nada pero yo no le di ninguna oportunidad para volver a ser pareja. Lloré algunos días mi desdicha, culpándome que si no le hubiera contado esa experiencia aún estaríamos juntos. Así me quedé otra vez sola, sin marinovio y con el corazoncito partido.
MORALEJA: Hay cosas que no se pueden compartir ni comentarlas, porque como cada cabeza es un mundo, otras personas interpretan y quieren experimentar lo que les pasa a otros en carne propia.
💔💔💔
