Los siete infiernos en 56 Versos. Versos del 41 al 50.

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Las almas que liberaré ahora

Son las del pozo de tizones encendidos

Que atormentan con fuego a los impíos

Y laceran sus múltiples heridas.

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Eurídice esta vez tomó una honda 

Emulando a David en su contienda   

Que venció a Goliat de un sólo tiro
En desigual pelea peligrosa.

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Habían diez demonios bien formados
Haciendo barrera de contención
Armados hasta  los dientes desafiando
A Eurídice  con muy mala intención.

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Apuntó Eurídice con ojo certero
Hacia la fila infame en formación
Lanzando la filosa honda
Cortando los miembros de un tirón.

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Sangrando los demonios se quejaban
Pues la muerte anunciaba su extinción
Mientras tanto Eurídice reía
Por su logro y victoria al pelotón.    

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Satán la miraba fieramente
Moviendo su trinche en vaivén
Preguntóle a Eurídice nuevamente

A cual infierno ahora liberarás?

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Dijo segura de sí misma Eurídice
Las almas de dictadores liberaré
Están penando por rutas ardientes
Arrepentidos de sus acciones dementes.

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Satán aleccionó a sus demonios
Que temblaban de miedo y de pavor
Observando atentos combates previos
Donde la Ninfa a todos aniquiló.

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El siguiente infierno escoge Eurídice
Le dijo Satanás con decisión
Y ella con voz altanera dijo
El pozo de lanzas de torturas escojo yo.

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El jefe demoníaco expectante
Esperaba ver las armas que usaría
En la próxima contienda la gran diosa
Eurídice la Reina del Pantenón.

Los siete infiernos en 56 Versos. Versos del 31 al 40.

 

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En guardia!! Dijeron los demonios
Atacando sin piedad a la guerrera
Quien cortando sus cabezas en el aire
La victoria selló en ese combate.

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Aplaudiendo Satán se acercó a la Ninfa

Asombrado de su contienda victoriosa

Preguntóle cuál infierno escogería

Para liberar las pecadoras almas.

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Ella inmediatamente dijo

Escogeré el infierno de las horcas

Buscó en su baúl dorado filosos discos dentados

Para luchar contra los demonios alados.

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Dispúsose Eurídice al ataque

Lanzando las cuchillas por doquier

Tomando por sorpresa a los demonios

Despedazándolos uno a uno sin piedad.

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Satán no salía de su asombro

Que una sola mujer sembrara el caos

En su infierno de múltiples torturas

Resistiendo a los demonios con tesón.

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Te toca decidir ahora Eurídice

El siguiente infierno que escogerás

Yo cumplo siempre mi palabra

Nunca me echo para atrás.

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Ella tranquilamente decidió

Liberar a las almas asesinas

Se armó de cuernos de alce puntiagudos

Que coronaban su cabeza audáz.

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Los demonios lanzaban fuego de sus grandes bocas

Tratando de quemar a la mujer

Que sola ante el peligro embestía

Con fiereza y certeza colosal.

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Quedaron los restos destrozados

Y Satán no lo podía creer

Que a sus diabólicos guerreros

La diosa armada pudiera vencer.

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A quienes vas a liberar ahora?

Respóndeme Eurídice prontamente

Furioso y desafiante le decía

Satán ante las puertas del Retén.