CUENTO 17. HACIENDO ENEMIGOS GRATUITOS. CAPÍTULO 4°.
CUENTO 17 HACIENDO ENEMIGOS GRATUITOS CAPÍTULO 4° Otra de mis arrendadoras me sacó de su casa por sus celos enfermizos porque ella pensaba que le quitaría su amante que arrendaba otra habitación junto a la mía. Ése es el precio que hay que pagar cuando una es agraciada y atractiva, (modestia aparte). De éstos eventos con mujeres celosas tengo muchos que contar, pero sólo comentaré uno de ellos porque tuvimos discusiones horrendas e insultantes, infames y ofensivas; trifulca en la cual derramé un litro de aceite comestible en toda la ropa de la susodicha, en respuesta a la gran grosería de ésta malvada mujer que me arruinó mi ropa echando cloro sobre todo mi guardarropa. Atrás quedaron éstas enemigas ignominiosa porque lamentablemente no saben vivir en forma pacífica y civilizada. Le tocan a uno en su dignidad y orgullo y no se puede quedar de brazos cruzados, esperando golpes en una y otra mejilla. Después que llegué al hogar infernal que había dejado, vinieron episodios horri