Día 6. Toda la gente estaba expectante en lo que realizarían los turmalinos este día. Habían sacado de sus naves espaciales aparatos extraños que no sabíamos para que servirían. Después de ordenarlo todo en puntos estratégicos de los edificios nos dimos cuenta que se trataban de antenas satelitales. Este día iban a poner en marcha las telecomunicaciones y el internet, que era mucho mas adelantado que el que solíamos usar, ya que con éste podíamos tener comunicación hasta con otros planetas.
Ellos hicieron pruebas comunicándose con su gente. Emocionados les contaron todas las cosas que habían realizado a favor de la gente del Planeta Tierra, les dijeron que dentro de 4 días regresarían y que estaban estudiando la posibilidad de llevar unas cuantas personas que escogerían por sorteo de algún grupo que estuviera interesado en cruzar las fronteras del espacio sideral y conocer el planeta de los turmalinos para poner en práctica aquí los adelantos que ellos ya disfrutaban.
Fabricaron celulares mucho más potentes no en tamaño sino en capacidad de banda y en velocidad supersónica. Estos celulares no sólo servían para comunicarse telefónicamente sino que se usaban como instrumentos de estudio y como traductor de varios idiomas incluidos los de los extraterrestres.
Las salas de cine se eliminaron ya que las películas las programaban en el celular y luego podían transferirlas a cualquier pantalla sea ésta de televisor o de computadora.
Al finalizar la tarde convocaron a las personas del grupo experimental. Se reunieron todos y empezó el sorteo. Sólo llevarían personas adultas, solteras e integrantes de familias grandes. Así, si unos padres tenían uno o dos hijos solamente, no eran candidatos para el viaje espacial y sí los de familias numerosas. Llevarían sólo 10 parejas de diferentes familias.
La población aglomerada esperaba ansiosa que alguno de ellos fuera escogido para un viaje con retorno en 5 años.
Al fin empezaron a salir los nombres de los participantes elegidos. Éstos saltaban de alegría al saber que experimentarían un mundo nuevo, diferente y a años luz de nuestro planeta.
Tenían 4 días para prepararse y sólo podían llevar una mochila con lo más necesario. Sus familias los felicitaron y lloraban pero no de tristeza porque no los verían en 5 años, sino de alegría porque eran afortunados de ser los primeros en conocer un nuevo planeta con experiencias y conocimientos que traerían progreso y bienestar a los terrícolas. (Continuará)...
