ANECDOTARIO PERSONAL .
CUARTA EMISIÓN .
EL PASTEL DE BODA.
Mi matrimonio lo preparé y organicé yo sola, debido a que mi novio era extranjero. En esos días él estaba trabajando y tenía que esperar que le dieran sus vacaciones por la celebración de nuestro matrimonio. Duré más de dos meses haciendo los preparativos, sin tener ninguna experiencia. Si me tocara actualmente casarme y organizar mi matrimonio lo hiciera de otra manera, con una lista de invitados más reducida y con una ceremonia más íntima y familiar.
Fueron invitadas 200 personas, el Bufete fue costoso y los licores aún más. La ventaja para ese momento de la celebración y los gastos era que mi novio ganaba en Bolívares Venezolanos que eran equiparables al Dólar Americano. Él se hizo cargo de pagar todas las cuentas, incluidos vestido de novia, Ceremonia Civil, Ceremonia Religiosa, Bufete, Licores, el Hotel para celebrar el Evento y hasta el vIaje de Luna de Miel.
Pero como la persona que organizaba el Matrimonio era yo, la novia, entonces en el transcurso de la Ceremonia y de la Fiesta, se me escaparon de las manos ciertos detalles que lamentablemente mi familia no colaboró conmigo para que no pasaran cosas como éstas que enumero a continuación:
1. No pensé que tenía que contratar un automóvil para que me llevara desde mi casa hasta la Iglesia, y luego de allí al Salón de Eventos. En esos tiempos un tío tenía un taxi moderno y elegante. Él me sorprendió cuando apareció en su auto esperándome para llevarme. Lo había decorado con lazos blancos y yo me quedé conmovida y agradecida, pero lo que nunca entendí fue que a pesar de ser invitado él y toda su familia no asistieron a mi boda.
2. Otra cosa que pasé por alto fue dejar bajo llave el sitio donde guardaba los regalos que mucha gente llevaba, a pesar de haber indicado claramente que preferíamos que los regalos fueran en metálico para evitarnos llevar mucho equipaje en nuestro viaje, ya que fijaríamos nuestra residencia en Venezuela. Muchos regalos nos robaron pues no había nadie resguardando el sitio.
3. El Pastel de Boda fue lo único que nos ahorramos, ya que una tía política nos dijo que ése sería su regalo. Yo le agradecí enormemente pero nunca imaginé que no lo iba a probar en la Fiesta, ni cortaríamos el pastel y mucho menos tomarnos fotos como usualmente se acostumbra.
Recuerdo que estábamos bailando después que yo lancé mi ramo a las chicas invitadas, mi esposo me dijo al oído que nos escapemos a un Hotel de Lujo donde ya había reservado una habitación para pasar nuestra primera noche de Luna de Miel.
Mirando atrás en retrospectiva me jalo los pelos acordándome del momento que accedí a esa propuesta irresponsable, porque aún no habíamos cortado el pastel ni nos habíamos despedido de nuestros invitados y de mi familia como debía ser. Además no tuve la oportunidad de oír el discurso de mi Padre en primer lugar y luego las palabras de despedida de los familiares que me querían.
Considero que no debimos hacer eso, me quedé con ese pesar amargo de haberme perdido momentos entrañables que nunca podré recuperar, sólo por acceder a los caprichos de mi pareja, que como no eran familia de él, ni asistió nadie representándolo, no tuvo consideración con mis invitados ni le importó lo que pensaran mis familiares.
MORALEJA: Nunca te dejes llevar por las decisiones de otras personas, tu decisión debe ir primero ante la responsabilidad y el cumplimiento de Etiquetas y Tradiciones Familiares. Hay momentos que no se repetirán y dejarán un vacío en tu existencia.
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