FÁBULAS. FÁBULA # 6. LA LOBA, EL TIGRE Y LA MARIPOSA.

 FABULA   #  6

LA LOBA, EL TIGRE Y LA MARIPOSA

Ustedes creerán mis queridos lectores que tres animales tan dispares de distinta condición y categoría puedan ser amigos por siempre?   Pues se equivocan  porque después que lean ésta Fábula se darán cuenta que la amistad puede nacer y perdurar aunque ellos sean diferentes y opuestos en su correspondiente escala animal.

El Tigre amaneció ese día adolorido, debido a que la noche anterior anduvo cazando antílopes, pero se le escaparon todos y piedras y guijarros hicieron mella en su cuerpo ya viejo y cansado de tantas luchas, combates y días de caza buenos, malos y otros peores.

Caminó y caminó por la extensa pradera llena de maizales en flor que brillaban por el ardiente sol de esa primavera del mes de Marzo.

A lo lejos divisó una gran loba tendida en el suelo pedregoso, su cuerpo apenas podía mantenerse en pie, se caía y levantaba con mucha dificultad. Se iba acercando con mucha cautela, debido a que las lobas son muy feroces, y él ése día no estaba con ánimos de buscar pelea a nadie.

Ella miró al tigre con temor, ya que no podía defenderse en esas condiciones, trató de esconderse en la maleza, veía ya su cuerpo destrozado por las fauces temidas de su oponente y depredador felino, pero de repente notó en la mirada del tigre compasión y solidaridad.

Extrañada e incrédula se agachó sumisa mostrándole una herida que tenía en su pata derecha, sangraba y se lamía para mitigar el dolor que le causaba la profunda herida que se había hecho cruzando un extenso terreno cercado con alambres de púas.

El Tigre se acercó llevando en su hocico ramas de plantas medicinales, las cuales colocó en su patita herida.  La Loba le miró con una mezcla de asombro y agradecimiento.

En ese momento los dos vieron pasar una hermosa mariposa de bellos colores, quien aleteaba con elegancia sus alas tornasol.  Se puso a revolotear alrededor de ellos, tratando de comunicarse con su agitado aletear y sus pequeños brincos de rama en rama tratando de llamar su atención.

El Tigre se acercó sigilosamente al lugar donde la mariposa señalaba, dió un zarpazo en la espesa hierba, sacando con sus garras una enorme serpiente que ya estaba lista para morder sin misericordia a la pobre loba mal herida.

Con dos zarpazos más la aniquiló y así la serpiente que buscaba dañar a la loba no se esperaba ser la cena del tigre hambriento y aquejumbrado y de la loba que agradeció la ayuda oportuna de su amigo el tigre.

La mariposa se posó en la cabeza de los dos y aleteando se despidió de ellos, ofreciéndoles una nueva visita la próxima primavera.

MORALEJA:  Muchas veces no te acercas a tus vecinos porque los ves distantes y malhumorados, pero dar el primer paso para hacer amistad es mejor que apartarse y vivir distanciados sin ninguna muestra de afecto y solidaridad.

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