CUENTO 2. Hermanos sin Sangre. Quinto Capítulo.
CUENTO 2
HERMANOS SIN SANGRE
QUINTO CAPÍTULO
Y llegó el día que salieron a relucir la violencia y crueldad de la infame hermana y una de sus hijas. Después de haber pasado una mala noche, debido a que mi padre aún estaba con una sonda, y viendo que ellas que dormían más cerca de su habitación no lo atendían, me levanté oyendo sus lamentos de dolor y me percaté que tenía la sonda llena de orina a punto de estallar.
A la mañana siguiente ellas quisieron minimizar el episodio y solamente lo llevamos al hospital, le cambiaron la sonda y le dijeron que cualquier descuido significaba severas infecciones que en él que ya tenía 93 años eran graves y posiblemente fatales. Al oír ésto tomé la decisión de quedarme en el que fuera hogar de mis padres pues aunque fueran sólo por 20 días estaba dispuesta a atenderlo día y noche, a cualquier hora, pues si ya no tenía madre rogaba a Dios que no me quitara mi padre.
Después que almorzamos me dispuse ir a hablar con mi padre y cuál no sería mi sorpresa que esas diabólicas se encontraban agazapadas atrás de la puerta, cual depredador tras su presa, saltando ambas violentamente sobre mí, cortándome el paso para que no lo viera.
En ese momento me sujetaron, me aruñaron y me daban golpes, naturalmente me defendí y veo que mi padre se levanta al oir la trifulca, se sorprendió angustiado sin saber qué hacer mientras nosotras continuábamos ensartadas en la desigual pelea porque ellas eran dos y yo sola me defendí como pude.
Cuando logré soltarme me dirigí a otra habitación, allí me siguió esta hermana cruel me dió un puñetazo en la cara y me propinó 2 golpes fuertes con el bastón de metal de mi padre. En ese momento quería matarlas pero mi sano juicio me frenó. Mientras tanto las dos demonias ya estaban llamando a la policía, tomándose fotos y grabándome para acusarme de violenta y agresiva.
Que Dios sea mi testigo porque yo puedo reaccionar con coraje y soltar por mi boca muchos insultos, pero jamás las ataqué físicamente y ellas sí lo hicieron. Yo me defendí con naturalidad ante las crueles agresiones.
Al llegar la policía yo tenía sobre mi cara un trozo de carne para evitar el hematoma y mi padre lloraba y se desesperaba al vernos sangrando y oyendo que su propia hija y nietas me llamaran hija de p... Me ofendieron tanto que hasta hoy que ya han pasado algunos años, los daños físicos no representan nada comparados con el daño psicológico que me ocasionó al ver que tres personas de mi propia familia - y debo aclarar dos de ellas psicólogas - me echaran del hogar de mis padres, me agredieran cruelmente y me avergonzaran delante de todos los habitantes de ese edificio sin ningún motivo.
Dentro de mi me hacia mil preguntas: porqué me odian tanto? porqué mi padre no saca la cara por mi? qué están tramando estas perversas? Además ése no era su departamento y cualquiera de sus cinco hijos teníamos derecho a quedarnos, consolarlo y cuidarlo.
Mi padre para evitar más enfrentamientos me pidió que me fuera, en ese momento una de mis sobrinas ya me había puesto las maletas en la calle. Con lágrimas en los ojos y muy dolida le dije que no le perdonaba que él siendo mi padre me echara de su hogar y que no regresaría ni volvería a verlo. En ese momento llegó la otra sobrina endemoniada quien quiso atacarme con violencia y un policía se lo impidió.
Yo estaba tan dolida más por sus miradas de odio y sus agresiones verbales que por los golpes que me habían propinado. Pero cuándo me iba a imaginar que estas tres mujeres malvadas ya estaban denunciándome y ya habían hecho un vídeo donde yo estaba muy alterada para así demostrar que yo era la agresiva.
En el próximo capítulo mis lectores se quedarán atónitos ante los acontecimientos que desataron peores represalias contra la precaria salud de mi anciano padre y el inminente corto camino hacia su sorpresiva muerte y mi encarcelamiento.
CONTINUARÁ...
Comentarios
Publicar un comentario
Por favor déjame tus comentarios para mejorar o cambiar positivamente mis historias y poemas. Gracias.