CUENTO 2. Hermanos sin sangre. Cuarto Capítulo.

 CUENTO   2

HERMANOS  SIN  SANGRE

CUARTO  CAPÍTULO 


《Éste nuevo Capítulo del Cuento 2 es la continuación de los 3 anteriores capítulos ya publicados en el mes de febrero del año 2020》


La noticia de la muerte de mi madre me sorprendió porque no tenía ninguna enfermedad grave ni terminal aparte del Alzheimer que nubló su memoria, tanto así que la última vez que yo hablé con ella no me reconoció.  Pero esa enfermedad mental de ella sí fue conveniente para la malvada de mi hermana, quien junto con sus dos maléficas hijas se aprovechó de su dolencia para robarle sus cuentas bancarias y tratarla cruelmente sus últimos años.

Nada más al llegar empezaron los problemas y discusiones, ya que las 3 maléficas se habían instalado en el departamento de mis padres y no querían que me quedara a consolar a mi padre  quien por cierto estaba recién operado de la próstata y se encontraba en deplorables condiciones de salud.

"Qué extraño pensé"', ¿porqué se toma atribuciones para querer desalojarme de una vivienda que no es suya, sin tener intenciones de quedarme, ni pretender ninguna acción que pudiera perjudicar a mis padre?

Pero uno tiene la cabeza para pensar y empecé a sospechar no sólo de ella sino de mis otros hermanos.  El rencor y odio hacia mí se remontaba 4 años atrás cuando me llegó un mensaje de mi hermano menor proponiéndome que fuera a cuidar a mi madre que ya tenía la enfermedad del Alzheimer en etapa avanzada.

Rechazé la propuesta no por mala hija sino por precaución y para evitar mayores conflictos a la relación inestable que ambas teníamos.  Antes de su enfermedad viví con mis padres y en el transcurso de 2 años ella me sacó 6 veces de su apartamento.   Mi padre nunca se puso de mi lado acatando las acciones arbitrarias de mi madre.  

Cuando yo rechazé ir a atenderla temí que la enfermedad la pusiera más violenta hacia mí por los anteriores sucesos, además tenía un episodio de un pre-infarto.  No quise complicar más su carácter belicoso y que después me culparan de provocarle un infarto porque no lográbamos llevarnos bien.

Mi negativa encendió la cólera de mis hermanos y supongo que entre ellos desde ese momento se propusieron dejarme sin herencia para hacerme pagar mi falta de solidaridad con nuestra progenitora. 

Nunca entenderé porqué me llamaron precisamente a mí para atenderla, yo era la que no estaba allá.   Ellos eran 4 y ninguno quería hacerse cargo de sus cuidados que por cierto ameritaba internarla en un Centro especializado para enfermos de Alzheimer, y a pesar de tener un hijo médico no fue ingresada donde debía estar.

Mis fieles lectores todavía no se terminaban mis penurias, más adelante vendría lo peor. Quédense  para contarles cómo llegué a la cárcel por las acciones violentas y crueles de mi hermana y sus diabólicas hijas las cuales me masacraron, me echaron de la casa de mis padres y no contentas con éso me denunciaron para encerrarme por 10 días en una prisión ecuatoriana donde tuve que convivir con asesinas y criminales. 

CONTINUARÁ...

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