CUENTO 15. EL CUENTO DE NUNCA ACABAR. SEGUNDO CAPÍTULO.
CUENTO 15.
EL CUENTO DE NUNCA ACABAR.
SEGUNDO CAPÍTULO.
Cuando fueron a realizar la visita la señora Aurora se quedó asombrada de encontrar a Narcisa pues eran unas niñas cuando vivieron allí juntas. Conversaron largo tiempo mientras los niños jugaban en el patio y la señora Aurora le contó que su madre había fallecido de tuberculosis, que esa enfermedad no tenía cura en ese entonces. Ella se había casado con un gran médico que tenía mucha fama en esa ciudad. Tenían dos niños varones contemporáneos con las hijas de Narcisa y Asdrúbal.
La señora Aurora le propuso a Narcisa que viniera a vivir a la ciudad con su esposo y sus hijos, pues les daría trabajo en el Orfanato dando clases a los niños y ayudando en la cocina y Asdrúbal se encargaría de la limpieza y mantenimiento del Orfanato.
Narcisa estaba felíz de poder mejorar y de que sus hijos pudieran estudiar y vivir en la ciudad pero Asdrúbal estaba triste y no comentaba nada. Se despidieron con la promesa de volverse a ver pronto, el tiempo suficiente que necesitarían para arreglar todos sus asuntos y mudarse a la ciudad.
Asdrúbal permaneció callado, cabizbajo y pensativo, entonces Narcisa le preguntó si estaba de acuerdo para mudarse a la ciudad y él le dijo que no porque él había hecho muchos sacrificios para construir su casita y pagar las tierras donde sembraba. Pero Narcisa estaba muy emocionada y le propuso que vendieran todo para irse, pero Asdrúbal no cambiaba de opinión, así que él le dijo que se fuera ella con las niñas y que él se quedaba con los tres varones, y que iría a visitarlas todos los meses.
Narcisa se puso muy triste y empezó a llorar pues no quería que se separaran. Así pasaron varias semanas hasta que por fin ella se decidió a irse con las niñas. Los niños se quedaron muy tristes pues ya no tendrían quien les atendiera, ni quien les diera ese amor filial que ahora tendría que darles su padre solamente.
Pasaron los años y los niños se convirtieron en unos sanos y hermosos jóvenes. Ahora las niñas ya eran adolescentes y empezaban a enamorarse de los jóvenes hijos de la señora Aurora. Se acercaban las fiestas navideñas y organizaron un viaje a la aldea a la cual llegaron de sorpresa Narcisa y sus hijas.
El cuadro que vieron al llegar les desgarró el corazón ya que tenían tres meses que Asdrúbal y sus hijos no les visitaban. Encontraron a Asdrúbal en la cama con su rostro desencajado y en extrema delgadéz. Ellas corrieron a abrazarlo y preguntaban a los jóvenes qué había pasado y porqué no les habían avisado nada. Los hijos empezaron a llorar compungidos porque su padre les había pedido que no les dijeran nada. Ellos ahora estaban al frente de la siembra y cosecha y ese año apenas habían ganado para comprar semilla.
CONTINUARÁ...
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