miércoles, 2 de marzo de 2022

ANECDOTARIO PERSONAL. DIECINUEVEAVA EMISIÓN.


 ANECDOTARIO PERSONAL. 

DIECINUEVEAVA   EMISIÓN. 

LOBO DISFRAZADO DE OVEJA.




Empecé a trabajar muy joven, apenas tenía 16 años cuando un señor dueño de una Empresa de Neumáticos, me contrató para trabajar como su Secretaria.

Montó una oficina en el mejor sitio de la ciudad de Quito, la capital,  y me dejó allí instalada para que me hiciera cargo de todo el movimiento de ventas y la administración de su negocio.

Debido a que Él tenía su Sucursal Principal en Guayaquil que queda a 8 horas viajando por vía terrestre y vivía allá, solamente nos comunicábamos telefónicamente y nos veíamos una vez al mes cuando Él venía a supervisar los pedidos.

En esas idas y venidas yo notaba que éste viejo verde me estaba coqueteando demasiado para ser mi Jefe, pero yo lo evitaba con delicadeza para conservar mi empleo.

Un día me dice que era necesario que yo viajara para Guayaquil ya que tenía que darme instrucciones allá de unos neumáticos nuevos que había recibido.

A mí si me pareció raro que Él me hiciera esa petición, pues yo no era vendedora.   Dijo que ya me había comprado mi pasaje por avión y me había reservado una habitación en un Hotel.

Como vivía en casa de mis padres les notifique que viajaría.  Ellos quisieron oponerse ya que no les parecía bien que yo llegara sola a un Hotel y me quedara 2 días.  Aunque era menor de edad yo estaba resuelta a ir y cumplir con mi trabajo.

Sin embargo, mis padres intuyeron que éste empleador tenía malas intenciones llevándome al lugar adonde Él vivía.  Así que conociendo la hora de llegada de mi vuelo, sin avisarme a mí hablaron con unos compadres de ellos que vivían allá para que fueran a recogerme y hospedarme en su casa.

Hablé con mi Jefe, me dijo que iría a buscarme al Aeropuerto para llevarme al Hotel.  Luego iríamos a almorzar y después visitaríamos su Depósito de Mercancía.  Yo estuve de acuerdo, pero nunca me imaginé que la treta de mis padres le ocasionaría al Jefe enamorado de mí, un disgusto tan grande como cuando bajé del avión y los compadres de mis padres prácticamente me secuestraron, sin darle tiempo a éste señor de empezar a hacer los planes que tenía conmigo.

Yo estaba tan asombrada como Él y no me lo podía creer que todo había sido hecho a mis espaldas.  La cara del Don Juan era de asombro y desconcierto, porque Él esperaba encontrarme sola y llevarme al Hotel.   Luego yo le conté a mi Jefe que todo había sido planeado por mis padres y que ignoraba que éstos compadres irían a recibirme.

Los 2 días que pasé allá bajo la tutela de mis "chaperones" que vigilaban cada paso que daba, entorpecieron los planes de conquista que seguramente el viejo verde tenía en mente.

Nunca más me invitó a Guayaquil y con el tiempo no pudo sostener 2 Sucursales y tuvo que cerrar la de Quito.  Yo me quedé sin trabajo y sin recomendaciones.

Lo más jocoso de ésta Anécdota es que yo lo vuelvo a buscar después de casi 30 años en una visita que hice Guayaquil, ya separada y divorciada de mi esposo y buscando nuevas oportunidades de trabajo en mi tierra.

Yo iba dispuesta a aceptarle cualquier proposición amorosa, ya que Él estaba divorciado y además estaba decidida a mudarme a ésa ciudad si Él me daba algún empleo.

En ésta ocasión se invirtieron los papeles porque yo iba como acosadora tras su presa debido a la mala situación económica que llevaba.

Se disculpó poniendo mil excusas y evitando cualquier demostración de interés por mí.  Me negó su ayuda para darme trabajo y cuando le pedí por lo menos una recomendación me salió con una bromita pesada.

MORALEJA:  El tiempo y los acontecimientos del pasado son influencia determinante a la hora de pedir favores.  Los Jefes abusadores siempre están buscando su ventaja y placer sin importarles si abusan de su poder y de las leyes.



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