ANECDOTARIO PERSONAL. DIECISIETEAVA EMISIÓN.
ANECDOTARIO PERSONAL .
DIECISIETEAVA EMISIÓN .
LAS CLASES DEL KAMASUTRA.
Dice el refrán popular que "lo que se hereda no se hurta" y es muy conveniente usarlo en ésta anécdota porque se trata de cómo son y cómo se comportan nuestros hijos cuando crecen.
Cualquiera creería que no es posible que una persona introvertida, en éste caso una mujer piadosa y mística, trajera al mundo un hijo o una hija todo lo contrario a ella, es decir extrovertido, irreverente y hasta depravado.
Pero los genes son caprichosos e impredecibles, ya que pueden traer gestos, gustos, comportamiento y actitudes de nuestros antepasados muy remotos, que no son del todo aceptables en la sociedad en que vivimos.
Ésta anécdota me ocurrió cuando estaba viviendo en Barcelona-España. Mi amiga de la infancia, residente allá por muchos años, que precisamente fue la que me contactó con la persona que me daría trabajo allá recién llegada, se había tenido que ir a Ecuador por unos días a arreglar asuntos familiares.
Ella confió en mí y me dejó a cargo su casa y sus dos hijas, suponiendo talvéz que éstas chicas se comportarían adecuadamente bajo mi tutela.
Pero qué va señores, inmediatamente que su madre salió empezaron a hacer todas las diabluras que su madre, tan callada, tan recatada y mística no les permitía hacer.
Pasaron los días y se acercaba el cumpleaños de una de ellas. Ese día pusieron música a todo volumen e invitaron a sus amigos más cercanos. Mis hijas también fueron invitadas, todos eran jóvenes sedientos de fiesta, licor y sexo.
Excluyo a mis hijas porque ellas sólo estuvieron unas horas y estaban tan serias y calladas que una de las chicas de la casa me dice "Sra. Ruth sus hijas más parecen hijas de mi mamá y nosotras de Ud.". Me reí pensando dentro de mí que Diosito no me castigaría con unas locas terribles como esas.
Tengo que reconocer que me gustan las fiestas y tomarme unas copitas, pero lo que éstas chicas hicieron después que mis hijas se fueron y yo me retiré a dormir, es como estar contando "las noches del kamasutra" vividas por dos chicas alocadas y fuera de control.
Yo en el dormitorio contiguo oía que una de ellas tenía sexo en la cocina y la otra en la sala. Los gemidos y las expresiones vulgares que proferían, me llegaban claramente a mis oídos. Yo no salí de mi habitación porque pensé: si la propia madre de ellas no ha podido controlarlas en tantos años, cómo iba yo a remediar una situación incontrolable?.
Decidí hacerme de oídos sordos y cuando su madre llegó le conté lo sucedido, no dejé pasar por alto la falta de respeto de ellas a su hogar y a mí que estaba encargada del órden.
La amistad lamentablemente se terminó pero a pesar de los años que han pasado considero a mi amiga los dolores de cabeza y las vergüenzas que le hacen pasar sus hijas a diario.
Yo tengo que darle gracias a Dios de que ninguno de mis hijos me ha faltado al respeto, primero porque tomé las debidas precauciones y correcciones a tiempo, y segundo porque sigo manteniendo mi autoridad sobre ellos y así será hasta el día de mi muerte.
MORALEJA: Muchas veces es preferible dejar libres a los hijos para que sufran en carne propia las consecuencias de sus devaneos, locuras y extralimitaciones; y no cobijarlos con exceso de complacencias, reteniéndolos bajo nuestro techo y recibiendo a cambio falta de respeto y groserías. Los hijos deben respeto a sus padres por siempre tengan la edad que tengan.
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