ANECDOTARIO PERSONAL.
OCTAVA EMISIÓN.
CAFÉ CON LECHE.
Desde muy pequeña me di cuenta que el bulying, la discriminación y el racismo vienen juntos para atormentar a las personas desde muy corta edad, dentro de los sitios que la comunidad ha creado paradójicamente para la interacción armoniosa de sus habitantes.
Dentro de mi hogar sí noté que a mis padres les disgustaba que yo tuviera en la escuela amiguitas negras, y precisamente a esas niñas era a las cuáles les daba mi amistad incondicional. Nunca sentí ningún rechazo por personas de otro color, condición social, ni por homosexualidad.
Cuando empecé a tener pretendientes, mi papá estaba pendiente de su ascendencia, de su condición social, de sus estudios, de su físico, etc. Por éstas razones cuando me comprometí con un venezolano, empezó a atacarme con preguntas como: Porqué nunca habla de su familia?, Cómo es posible que no tenga una foto de su mamacita?, averigua cómo son sus familiares, mira que tiene el pelo muy rizado y puede que sean de raza negra. Yo me reía y no le daba importancia a sus dudas, aunque sí tenía razón en sospechar su desapego a su madre que luego resultó ser indiferencia y desamor.
Pero vamos a la anécdota que hoy vine a contarles porque no la viví con ningún extraño,sino con mi hermano mayor a quien siempre consideré de ideas avanzadas y sin visos de discriminación hacia nadie.
Un fin de semana él nos invitó a mis padres y a mi a un paseo a un bonito balneario. Ya nos habíamos bañado en la piscina y ahora íbamos hacia el restaurant a almorzar. Mientras mis padres llegaban nosotros ya habíamos escogido una mesa y oíamos música, ví entrar una pareja que se vino a sentar justo a un lado nuestro. A mi ellos me parecieron atractivos y llamativos porque el era muy negro y ella súper rubia, mi hermano me miró y me dijo que nos cambiáramos de mesa, porque no soportaba estar junto a una mujer blanca acompañada de un hombre negro.
Yo me quedé boquiabierta ante su reacción, le dije que me parecía lo más natural que razas diferentes se atraigan, él pegó el grito en el cielo, que cómo era posible que yo aceptara ver con normalidad parejas interraciales.
Yo no quise discutir, acepté que nos cambiaramos de lugar y el resto de la tarde pasó criticando a la «pobre mujer» que había tenido la desgracia de buscarse una pareja negra.
Sinceramente han pasado añales desde los tiempos de la esclavitud racista hacia los negros y aún hoy en día oímos a personas mestizas despreciando a los negros, sin abrir su mente y pensar que nuestra raza mestiza es mezcla de blancos con negros o indios con negros.
MORALEJA: La mezcla de razas es la que verdaderamente ha dado belleza y color a personas con rasgos y tonos de piel hermosos. No debemos despreciar otras razas porque la naturaleza es sabia y aleccionadora y entre tus descendientes se puede «colar» un negrito.
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