CUENTO 13. DESAFIAR O MORIR. SEXTO CAPÍTULO.

 DESAFIAR   O   MORIR

  SEXTO    CAPÍTULO  

Por supuesto que Tony tuvo que desistir de la idea extrema que se le había ocurrido, ya que su asistente y cuidador se negó rotundamente a apoyarlo.

Faltaban 2 semanas para cumplirse el plazo para que Alicia saliera de su confinamiento y regresara a su hogar, pero el tratamiento no había dado resultados positivos en ella.  Ahora se veía muy delgada casi anémica, no hablaba con nadie y se negaba bañarse y cambiarse de ropa.  Se había convertido en una persona apática y violenta.

Una noche antes de apagar las luces de los dormitorios, la enfermera hacía su cotidiana ronda nocturna y le extrañó que el baño estuviera cerrado con llave y sin luz. Rápidamente buscó las llaves y al abrir se quedó aterrorizada por lo que vio.

Alicia se había suicidado colgándose con unas sábanas que amarró a un tubo del techo de las tuberías.  Corrió a buscar ayuda, la bajaron, le dieron los auxilios para que volviera a respirar, pero fue imposible por el tiempo que había pasado sin respirar.

Enseguida llamaron a sus padres que desesperados acudieron porque no creían que no se pudiera hacer algo para salvarle la vida. Los paramédicos les dijeron que ya habían hecho lo humanamente posible para ayudarla pero que habían llegado demasiado tarde.  El llanto y la desesperanza hundió a los apenados padres que ahora tenían que hacer los preparativos para darle sepultura al cuerpo enfermo y maltratado de su hija.

Lo que más les afectó era saber que pronto iba a salir a empezar una nueva vida pero no tuvo la voluntad y fortaleza para vencer a ese ignominioso vicio que la llevó a la muerte. Prefirió morir antes que desafiar a esa cruel enfermedad.

Los padres de Alicia recogieron el cuerpecito de su pobre hija que se había convertido en un esqueleto, sólo hueso y pellejo, su rostro quedó azulado por la falta de oxígeno y sus hermosos ojos verdes se cerraron para siempre.

Llamaron al día siguiente a Tony para darle la fatal noticia.  A él se le escapó un  grito de dolor, no podía creerlo ni quería aceptarlo.  Le dieron la dirección y la hora del funeral ya que la enterrarían al día siguiente.

Los padres de Tony no sabían cómo calmarlo, sólo atinaban a decir:  Lo sentimos mucho hijo, lo sentimos de verdad.  Tony acompañado de Esteban y sus padres se dirigieron al funeral, la tapa del ataúd estaba cerrada y no la abrirían porque las condiciones en que había quedado ella eran deplorables.  Él hubiera querido verla por última vez, abrazarla y besarla y darle su último adiós.

La vida de Tony a partir de ese día iba a cambiar porque todos sus planes con la mujer que amaba se habían hecho añicos.  Se encerró en su habitación y se negó a ir a sus clases, lloraba desconsolado, pero al tercer día Esteban entró a hablar con él y sus palabras llegaron hasta su alma adolorida.

«Tony escuchame:  Yo no tengo estudios ni soy un gran orador, pero lo que sé me lo enseñó la escuela de la vida.  Me duele mucho verte deprimido pero estoy seguro que tú no te dejarás vencer por la adversidad como lo hizo Alicia lamentablemente. Levántate, anímate y sigue cosechando éxitos como hasta ahora lo has hecho.  Venciste muchas barreras, estás a unos meses de graduarte de Ingeniero Informático, eres el mejor de tu clase, y lo más importante has superado tu discapacidad, casi no necesitas la silla de ruedas.  Te admiro y espero que no me falles, no te des por vencido, mañana te vengo a buscar temprano para llevarte a la Universidad, espero que recapacites amigo».

Continuará...