CUENTO 13. DESAFIAR O MORIR. TERCER CAPÍTULO.

 DESAFIAR    O     MORIR 

TERCER    CAPÍTULO 

Los padres de Tony le habían puesto profesor en casa, ya que él no quería ir a la escuela. Estaba muy adelantado, tanto así que tenía un alto nivel de estudio para continuar en el Colegio. Luego de un tiempo Esteban le convenció para que asistiera al Colegio  a fin de interactuar con chicos de su misma edad. Todos los días lo llevaba a la Biblioteca a hacer sus tareas y logró quitarle la vergüenza y el miedo de ser rechazado debido a su condición. 

Como era tan buen estudiante pronto se graduó y se preparó para ir a la Universidad.  Siempre iba a clases con su inseparable cuidador Esteban.  Ahora ya no usaba mucho la silla de ruedas porque tenía un técnico fisiatra que iba todos los días a darle terapia física a sus atrofiadas piernas.  Iba progresando paulatinamente pero sus doctores no le daban falsas esperanzas, aún así Esteban sí lo apoyaba e incentivaba a caminar más sin ayuda de la silla de ruedas.

Un día lo llevó a un recital de música country y Tony se emocionó mucho cuando escuchó cantar a la chica del espectáculo.  Parece que fue amor a primera vista, la chica lo invitó a subir al escenario para que cantaran juntos. Tony no se inmutó y le dijo a Esteban que le ayudará a subir, todo el mundo aplaudía, cantaron a viva voz y mucha gente se emocionó hasta las lágrimas.

La chica se llamaba Alicia, vivía en un Instituto para personas dependientes del alcohol y las drogas.  Lamentablemente el mundo nocturno de presentaciones artísticas y los viajes contínuos de fiestas y trasnochos la había hecho caer en esos vicios.  Ya llevaba seis meses de terapia para quitarse ese vicio pero aún no lo lograba.

Tony no sabía del problema que aquejaba a Alicia, ella le ocultó porque le daba vergüenza reconocer que no había superado sus vicios.  El tratamiento no estaba dando resultado, ella tenía todos los días estragos por la falta de las drogas y cuando le permitían salir caía nuevamente en el consumo de las peligrosas tentaciones.

Tony seguía asistiendo a sus clases, cumpliendo con todas sus actividades. Lamentablemente la enfermedad que padecía había empezado a afectarle también la vista. Sus padres lo llevaron al oftalmólogo, le hicieron varias pruebas y el doctor pidió hablar con sus padres.  Tony se quedó afuera esperando.

—Y bien Dr. Cual es el misterio?
—No sé cómo decirle ésto.  El chico tiene un glaucoma degenerativo que dejará a su hijo ciego en un año a más tardar.
—No me diga eso Dr. Mi hijo ahora está estudiando y necesita sus ojos más que nunca.

Su madre lloraba desconsolada y preguntaba al Dr. Que qué podrían hacer.

—Y con una operación podria remediarse ésta dolencia?  Preguntó ella.
—No,  le dijo el Dr. sería adelantar la ceguera, mejor le haré una fórmula para que use unos lentes bifocales que le ayudarán en sus lecturas. 

Sus padres salieron muy tristes porque a todo su cuadro de discapacidad se sumaba ahora la ceguera.  Cuando fueron a reencontrarse con Tony sólo le dijeron que tenía que usar lentes para corregir una miopía.  Él no intuía que el destino le deparaba aún más vicisitudes.

Continuará...