Cuento 12. La Princesa en su Castillo. Tercer Capítulo .
LA PRINCESA EN SU CASTILLO
TERCER CAPÍTULO
Los guerreros se colocaron en sitios estratégicos, primero dispararon sus armas y luego clavaron sus espadas directo a sus ojos y después en el duro corazón de los gigantes. Los dragones dejaron de echar fuego y uno a uno fueron cayendo heridos de muerte.
Entraron triunfantes y apresurados buscando al Rey que se hallaba encadenado. Liberaron al pobre anciano y salieron hacia el hospital para asegurarse que se encontrara en buen estado de salud. La Princesa Melina estaba preocupada temiendo que su padre no resistiría el cruel cautiverio al que sus enemigos lo sometieron. Se alegró mucho cuando los médicos le dijeron que estaba fuera de peligro y que con una semana de cuidados intensivos superaría su deterioro debido a la mala alimentación y deshidratación.
Los enemigos del Rey que habían tomado el poder y tenían sublevado a su pueblo, fueron condenados a prisión perpetua y encerrados en la misma cueva donde tuvieron encarcelado al monarca. Ya no habían dragones pero en su lugar la gran entrada estaba flanqueada por 3 leones muy hambrientos.
Melina regresó a su castillo, su hogar de siempre. Quiso darle una sorpresa a su padre y decorarlo de otra manera, más moderno y funcional. El gran salón tenía en su techo pinturas de grandes pintores, los muebles eran cómodos, forrados con gobelinos traídos de Japón. A las puertas les hizo grabar 3 dragones moribundos para no olvidar que el amor de su pueblo venció la maldad y opresión.
El día que el Rey salió del hospital se celebró una gran fiesta en honor de Él y de la Princesa Melina. Se reunió toda la familia y el pueblo entero vitoreaba a su máximo líder.
El Rey agradeció a su pueblo su lealtad, la Princesa Melina pidió a su padre hacer un parque de diversiones para todos los niños, utilizando el castillo donde estuvo prisionera como Castillo de Ciencias, para que aprendieran los milagros y prosperidad que los científicos pueden dar a las personas con una naturaleza bien equilibrada.
En el mismo castillo mandó a construir una gran pradera para palomas mensajeras, ya que gracias a una de ellas fue liberada y ahora estaba libre y felíz.
Pasaron 5 años en los cuales el Rey debido a su avanzada edad, abdicó al trono y coronó a su hija Melina como Reina del pueblo que un día la vio nacer. La princesa gobernó con justicia, equidad y solidaridad con su pueblo, su castillo ya no tenía brujas, sólo quedaron las escobas para barrer.
<Al finalizar el cuento los niños aplaudieron porque ellos decían que los buenos habían ganado, ojalá fuera así en la vida real, que siempre ganara la gente buena>.
F I N
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