domingo, 23 de mayo de 2021

Editorial 16. LA HAMBRUNA.

 LA    HAMBRUNA 



Desde que tengo uso de razón y empezaba a leer los periódicos, he visto noticias sobre la hambruna que hay en el mundo.

Veía las fotos desgarradoras de niños del África muriéndose de hambre en los brazos de sus madres famélicas.  Lo que nunca imaginé fue que en el país donde estuviera viviendo iba a vivir ésta dramática situación.

Salgo a la calle y observo la miseria y el hambre del pueblo. Gente que se acerca a los mercados en busca de cualquier alimento que hayan desechado en los depósitos de basura, sin importar  si está o no en buenas condiciones. 

Los niños son el blanco temerario para fomentar la desnutrición, el retraso mental y las enfermedades, cuando no están debidamente alimentados. 

Los gobiernos son responsables directos y más aún cuando son regímenes comunistas que sólo buscan el ventajismo político.   El hambre del pueblo no tiene tintes políticos y en éste país donde vivo actualmente si no tienes el "carnet de la patria" te mueres de hambre.

Cómo se puede llamar socialista a un país que deja morir de hambre a su población del futuro? . Es incomprensible pues el aspecto social es precisamente el que están pisoteando y convirtiéndolo en un régimen dictatorial que raya en la crueldad sufrida en los campos de concentración fascistas nazis de la última Guerra Mundial.

Sólo los adeptos al Régimen tienen derecho a alimentarse bien, sólo ellos disponen de los recursos para vestirse, educarse y cubrir los gastos médicos para llevar una vida sana y digna.

Los demás, la oposición, morimos callados, viendo cómo nuestra juventud emigra, dejando su familia, hijos pequeños y su tierra y costumbres buscando un futuro mejor.

No puede haber un futuro mejor si las familias se fracturan, se desarraigan y pierden ese calor fraterno. Ésta juventud van a países extraños, llegan solos y se someten a trabajos inferiores a su nivel intelectual.  Jóvenes graduados en Universidades que van a hacer trabajos que sólo les sirve para enviar unas pocas divisas que únicamente servirán para sobrevivir.

La hambruna se está extendiendo a países donde antes había abundancia, las pandemias contribuyen con la escaséz de mano de obra en los campos agrícolas. Si no hay producción ni recursos para comprar los alimentos con precios exorbitantes, cual será el destino de la raza humana?. Estamos sentenciados a morirnos de hambre?

La solución sería convertirnos todos en agricultores, produciendo el alimento que necesitamos para vivir en cualquier espacio de tierra útil. 

Que nuestros gobiernos controlaran los precios de los alimentos, que no se exigiera a los ciudadanos militar en ningún  partido político para tener acceso a una buena alimentación.

La única política que debiera existir es incentivar la agricultura, la ganadería, la dotación de tierras para trabajar la tierra gratuitamente aportando las semillas y fertilizantes.

No debería haber hambre en el mundo pero siempre ha habido. Que Dios nos ayude a superar éstas crisis y que a cada hogar no le falte la comida en su mesa.

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