Editorial 8. La Violencia de Género.


LA  VIOLENCIA   DE  GÉNERO 




Desde tiempos inmemoriales el hombre como género masculino  creó un dominio tanto para regir un país  como para regir una familia.  La mujer se  sometió a esa potestad y a ese patriarcado, aunque en la Historia Universal hay excepciones  como mujeres guerreras, inventoras, científicas, poetisas y madres de grandes personajes universales. 

Pero el dominio no sólo se concentró en el aspecto psicológico sino que lamentablemente le siguió el maltrato físico que hoy en día ha llevado a la muerte a infinidad de mujeres y de hombres; ya que así  como hay hombres abusivos y crueles, también  hay mujeres dictadoras, maltratadoras y asesinas.

El libertinaje de la mujer, las preferencias sexuales y los cambios de sexo de ésta Era Moderna están incrementando la violencia doméstica y pública, y cuando me refiero a pública estoy hablando de violencia entre grupos sociales tales como la policía, los grupos ecológicos, los grupos religiosos y los grupos en defensa de homosexuales, lesbianas, transgénero, transexuales y transformistas.

Estamos viviendo un cambio drástico en el aspecto sexual donde están involucradas las familias y ésto afecta el comportamiento humano, porque no todos pensamos igual ni tenemos la misma actitud y reacción ante estos nuevos cambios.

Hay familias donde el padre se ha convertido en la madre y viceversa, donde los niños son criados por dos personas del mismo sexo, donde se empiezan a hacer cambio de sexo a temprana edad y éstos cambios han traído más violencia. 

En realidad no hay una sola fórmula para sobrellevar éstas situaciones sino que hay muchas fórmulas:

*Cada persona debe adaptarse y convivir con éste nuevo grupo de personas que tienen otras visualizaciones sexuales, sociales y familiares. 

*La violencia hay que erradicarla primero de nuestras mentes y después de nuestras acciones.  Evitar el acoso, intimidación y maltrato físico y psicológico hacia nuestras parejas a fin de dar buen ejemplo dentro del hogar a nuestros hijos, porque como ellos observen nuestro trato así  ellos tratarán a sus parejas cuando formen una familia. 

*Si no es posible llegar a un acuerdo en cualquier discusión, lo mejor es cortar la querella y seguir nuestro camino.  

*No meterse en la preferencia sexual de nadie, allí empieza la democracia: respetar para que te respeten y aceptar las opiniones ajenas sin juzgar su comportamiento. 

*Educar a nuestros hijos con visión de futuro y no quedándonos en el pasado, porque si seguimos envenenando la mente de nuestros niños con tabúes de antaño y prohibiciones, entonces la cadena de prejuicios, racismo y discriminación no acabará nunca.

*Y por último y más importante: aceptar la opinión y sentimientos de nuestras parejas.  El amor no es para siempre y los celos pueden matar.  Retirarse a tiempo de la vida tóxica de una pareja puede salvarte y evitar más derramamiento de sangre.

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