Editorial 2. La Homosexualidad y Vertientes afines.
LA HOMOSEXUALIDAD Y SUS
VERTIENTES AFINES.
"Salir del closet" es un dicho muy conocido para identificar al verdadero homosexual, el cual a través de los tiempos ha variado no en su esencia sino en preferencias y modas.
Nacemos con un sexo definido físicamente pero mentalmente no lo sabemos hasta que crecemos y empezamos la etapa del desarrollo. Pero al hablar de Homosexualismo sólo nos estamos refiriendo a preferencias sexuales de personas del mismo sexo sin tomar en cuenta las vertientes afines como Lesbianismo, Bisexualismo, Asexualismo, Transexualismo, Polisexualismo, Pansexualismo, Plurisexualismo, Intersexualismo, Transgénero, Travesti, "Drag Queen", y quien sabe alguno más que se me escapa en éste momento.
En nuestros tiempos actuales hasta los mismos padres cooperan con su hijo o hija desde temprana edad para empezar la transición de cambio de género, y estos casos en tiempos pasados ni siquiera nos hubiéramos imaginado que ocurrirían.
El sexo entre homosexuales dicen los que han experimentado las dos preferencias, que dan más placer a la pareja, es decir los dos quedan satisfechos y felices. Cosa que entre heterosexuales no pasa siempre, porque solamente disfruta uno de los dos, generalmente el hombre.
La libertad de éstas conductas sociales y sexuales como quieran verlo unos, o libertinaje como quieran verlo otros, ha generado una gran polémica mundial, ya que hay detractores y simpatizantes de éstos seres incomprendidos y vilipendiados más que todo por grupos religiosos que ven estos cambios de género y preferencias como pecados mortales.
Irónicamente son sacerdotes y pastores los que cometen éstos pecados mortales, pues al violar niños desde temprana edad, están empujando psicológicamente a definir la preferencia sexual de este niño o niña, que encontrará placer sólo en otro hombre si es gay o en otra mujer si es lesbiana. Más grave es aún cuando son los padres varones y abuelos del niño que cometen ésta felonía.
Irónicamente son sacerdotes y pastores los que cometen éstos pecados mortales, pues al violar niños desde temprana edad, están empujando psicológicamente a definir la preferencia sexual de este niño o niña, que encontrará placer sólo en otro hombre si es gay o en otra mujer si es lesbiana. Más grave es aún cuando son los padres varones y abuelos del niño que cometen ésta felonía.
En el caso de las niñas es diferente, no porque a consecuencia de la violación se vuelvan lesbianas, sino que la reacción emocional destruye su autoestima, enloda su dignidad, y cuando empieza su desarrollo se sienten sucias y despreciadas, llevándolas al camino de la prostitución y las drogas.
Para finalizar les voy a contar una anécdota que ahora me da risa pero en su momento me afectó mucho. Como en toda familia las primas nos enamorábamos de los primos, más por cercanía y ganas de experimentar que por verdadero amor, y yo me enamoré de un primo en segundo grado, la pasábamos genial, en año y medio ya habíamos experimentado nuestras pasiones y hasta cruzó por mi mente casarme con él. Pero el romance terminó cuando un día le conté del caso de un homosexual que aseguraba no haber sentido el verdadero placer con ninguna mujer pero al tener sexo con un hombre vió el cielo y las estrellas.
No imaginé que ésta confidencia le movería todas las fibras homosexuales de su ser, ni corto ni perezoso, quiso experimentarla personalmente. Pasados unos días le encontré en la cama con su mejor amigo. Se sorprendió, me suplicó, me aseguró que no había pasado nada, pero yo soy persona implacable cuando de traición se trata.
En verdad somos bendecidos cuando nacemos y morimos con el mismo género y preferencia sexual porque no hay dudas, ni sufrimos discriminación, ni se burla nadie de nosotros, pero vivimos en un mundo donde sólo bastaría con aceptarlos y comprenderlos, porque las ofensas y discriminaciones pueden tocarnos al vivir en carne propia estas atroces experiencias a través de un hijo/a o un nieto/a.
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