Editorial 1. El suicidio, Clases de suicidas y otras vivencias.
EL SUICIDIO. CLASES DE SUICIDAS Y OTRAS VIVENCIAS.
El suicidio a través de los tiempos ha ido evolucionando, no sólo en los métodos utilizados, sino en la publicidad que actualmente y lamentablemente las redes sociales tienen un papel preponderante en la toma de decisiones de esta vil manera de pasar al más allá.
El suicida decidido: Esta clase de suicidas no mide las consecuencias de sus actos, muchas veces son enfermos mentales, esquizofrénicos o simplemente seres prepotentes que si les niegan algún capricho se matan. Casi siempre se lanzan al vacío de un edificio muy alto, de algún puente en alguna autopista con mucho tránsito o se tiran a las rieles de los trenes, metros y tranvías. Se han dado casos que piden a los amigos que los filmen el momento en que está ocurriendo el fatídico hecho. Estos casos se han registrado en Japón donde los rascacielos son altísimos y por lo tanto los daños a su humanidad de estos suicidas, son fatales y desastrosos.
El suicida cobarde: En este grupo están aquellos suicidas que utilizan muchos métodos para suicidarse, intentándolo en varias oportunidades, donde utilizan hojillas gastadas para cortarse las venas, sogas o mecates viejos y defectuosos, no logrando su cometido porque se rompe con el peso del cuerpo. También se toman pastillas que no los afectará y que con un buen lavado gástrico quedan como nuevos. A estos suicidas les gusta llamar la atención ya sea para lograr que se cumplan sus caprichos donde exigen un bien material o el amor de alguna persona que ha terminado con ellos sentimentalmente.
El suicida de las Redes Sociales: Esta clase de suicidas generalmente han tenido poca atención y amor de sus padres y familiares. Para ellos los "like" en inglés o "Me gusta" en español son tan importantes para sentirse aceptados, amados y mimados, que planean su suicidio en tiempo real y lo graban para la posteridad. Generalmente son bastante osados porque se toman las selfies en lugares muy peligrosos, donde festejan con sus amigos éstos actos suicidas donde pierden la vida, ya que no guardan los parámetros de seguridad y cordura. Ya se han visto innumerables casos donde se suben a estatuas, se lanzan al vacío en cataratas, saltos de agua o directamente de olas gigantescas, donde sus cuerpos son mutilados y muchas veces no se encuentran los restos porque estos sitios están llenos de piedras y usualmente terminan en ríos caudalosos o donde el mar arrastra los cuerpos con la corriente y son devorados por tiburones o caimanes.
El suicida que actúa con premeditación y alevosía: Éstos personajes más que atentar contra su propia vida, atentan contra la vida de familiares, amigos, gente de su comunidad y compañeros de estudio o de trabajo.
Son personas desadaptadas al medio en que viven, no tienen amigos y casi siempre utilizan armas para amenazar y matar a personas inocentes que en su locura las ven como enemigos, y generalmente después que han matado se suicidan o se colocan en la línea de fuego sin obedecer las órdenes de la Policía que obligadamente tienen que darles muerte.
El suicida por eutanasia: En este grupo están los suicidas que han programado su desconexión de los aparatos médicos que los mantiene con vida. Ésta dura decisión muchas veces la toman los familiares, ya que éstos enfermos casi siempre están en coma. Se han visto casos de personas en fase terminal de cáncer o sida, que han procedido legalmente a su desconexión de las máquinas. Muchos pensaran que no es un suicidio provocado, sino una manera médica de cortar los suministros para seguir viviendo. En base a lo anteriormente dicho han habido casos que esas personas vuelven del coma y para alegría de sus familiares siguen viviendo un tiempo más.
Yo personalmente he pasado por dos eventos que quisiera borrar de mis recuerdos, pero son hechos reales que no puedo olvidar. Tenía aproximadamente 16 años y los chicos empezaban a enamorarme. Uno de ellos se encaprichó conmigo llegando al punto de quiebre donde se tiró de una montaña y se quebró varios huesos. Estaba decidido a matarse porque nuestra relación había llegado a su fin.
En otra ocasión ya divorciada del padre de mis hijos inicié una relación con un chico más joven que yo, nos divertíamos juntos y no imaginé que era esquizofrénico y tenía problemas con su familia, era soltero pero si me parecía raro que no saliera de casa.
En esos tiempos trabajaba en un Diario local donde transcribía las noticias y sucesos de la ciudad donde vivía. Me acercaron a mi escritorio las noticias trágicas del día, la cual iba en una sección especial. Cuando mis ojos se posaron sobre los papeles y fotos no lo podía creer. Éste joven había tomado la determinación de dispararse en la cabeza, muriendo instantáneamente. Me puse pálida y nerviosa porque lo conocía y jamás imaginé que tomara la decisión de suicidarse. Quiero pensar que yo no tuve nada que ver, pero nuestra ruptura en esos días aún hoy me pesa en mi corazón.
Debo confesar mis pensamientos suicidas cuando mi ex marido y mis hijos se comportaron agresivos conmigo y tuve que dejar mi hogar. En esos momentos aciagos y terribles para mí, me llevaron a pensar en suicidarme pero tuvo más peso mi cordura y la certeza de que suicidarse era una cobardía, representaba darme por vencida y no seguir luchando.
Han pasado 20 años de estos eventos que me asustan y preocupan porque he tenido que volver al hogar donde no están mis hijos y tengo que convivir con mi ex marido a quien no puedo verlo ni en pintura.
Además mi situación económica es crítica y pensé que con la herencia que nos dejaron mis padres muertos hace casi 4 años, mejoraría mi vida tomando otros rumbos para vivir lo que me queda de tiempo en un ambiente agradable, pero lamentablemente sigo esperando la inalcanzable herencia para irme de aquí y empezar una nueva vida sola. El desacuerdo y el odio con mis hermanos ha extendido la venta del departamento para hacer la repartición. No sé si viva para disfrutar de una herencia que hoy por hoy y viviendo en la empobrecida Venezuela, la necesito más que nunca.
Para completar mi desgracia mi ex marido se niega a vender la casa para repartir este único bien inmueble que nos quedaba. Llevo esperando mejorar mi situación ya que tenemos mucho tiempo de divorciados y no se me da ni una cosa ni otra. Mientras tanto han vuelto a rondar por mi cabeza pensamientos suicidas que rápidamente mi mente los rechaza al pensar que aún tengo por quien vivir. Mis nietos llenan el vacío y la angustia de un futuro incierto.
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