Cuento 3. Sexta Parte.


Día 1. Dividieron a la población por edades para conocer exactamente con cuantas personas contaban como fuerza activa de trabajo.  Estas personas se encargarían en la construcción, agricultura, explotación, informática y salud.

Lo primero que cambiaron fueron la transportación tanto en tierra, aire y mar.  Ya no usarían el petróleo para producir gasolina y sus derivados, ya que este recurso se dejaría únicamente para el uso doméstico.  Ahora se usarían grandes paneles solares que se empezaron a construir para que fueran integrados a los techos de los carros, buses, trenes, aviones y barcos.

Era increíble la rapidez con la que se trabajaba, ellos tenían un sistema de multi-ensamblaje para la fabricación de las piezas.  Las herramientas que ellos poseían eran poderosas, con una sola de ellas podías realizar varias funciones y quintuplicar el trabajo diario de una persona.

Empezaron a fabricar transportes aéreos que usaban baterías que funcionaban en el día con la energía solar y por la noche con energía lunar.

Las actividades eran múltiples y extenuantes, nadie creería que en un solo día se pudieran hacer tantas cosas y tan eficientemente.

Cuando el día terminó los turmalinos ya tenían listos los cambios que empezarían a regir desde el día siguiente. Dejaron por escrito las instrucciones por el sistema de computadoras para que en caso de daños, desperfectos o reconstrucción, la gente pudiera solucionar en breve plazo los inconvenientes.

Qué mentes tan brillantes nos iluminaban en ese momento!, qué poder de entendimiento y lógica había en éstos seres únicos que venían generosamente a facilitarnos la vida a todos por igual. (Continuará)...










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