Cuento 3. Novena Parte.

Día 4.  Las edificaciones espaciales tenían que estar complementadas con edificios funcionales para las Instituciones Públicas, Hospitales, Escuelas, Colegios y también Universidades.

Crearon edificios multifuncionales para estos fines los cuales tenían entradas magnéticas con plataformas metálicas que se deslizaban por todas las estancias.

La gente podía circular más rápido y sólo tenía que pedir una tarjeta indicando dónde iba y  el sensor electromagnético le indicaba el lugar exacto de su búsqueda. Era increíble el orden y eficiente circulación de todo el mundo sin aglomeraciónes ni pérdidas de tiempo.

La educación para los turmalinos era primordial en la vida de una civilización, cada estudiante podía acceder a información del curso, nivel o carrera  que estaba estudiando con sólo ir a la biblioteca que cada Institución tenía en sus espaciosas salas dotadas de grandes computadoras.  No existían libros, todo lo que quisieras consultar estaba en ellas,  tampoco existían cuadernos de notas porque las notas las grababas en tu celular, el cual se convirtió en un instrumento de estudio.

Los exámenes no los presentaban por escrito, todos oralmente explicaban al profesor resúmenes con gráficos que también estaban en el celular y que se transparentaban a grandes pantallas espaciales, las cuales parecían flotar en el aire.

Los hospitales estaban dotados de cubículos especiales dónde se daba atención personalizada a cada paciente, las máquinas controlaban todo el proceso, diagnosticando la enfermedad y expidiendo en ese momento el tratamiento a seguir.  Los médicos sólo atendían las operaciones, y el personal sanitario se redujo gracias a las máquinas robóticas que examinaban a los enfermos según iban evolucionando en su dolencia.

La expectativa de vida para esos tiempos sobrepasaban los 100 años vividos con calidad de vida que se pasaban de generación en generación. (Continuará)...
  

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