viernes, 31 de enero de 2020

Cuento 1: "La Hija Malvada". Segundo Capítulo.

LA   HIJA   MALVADA

SEGUNDO    CAPÍTULO 


Y pasaron los años y aumentaron las malacrianzas y desmanes y el día que se graduó de bachiller le hice un bello vestido azúl que lo lució al lado de su padre y a mi me ignoró y no quedó ni una foto donde yo figurara como su madre.

En este momento supe que era a su padre a quien honraría pero no a mi, aunque ella tuvo también su época de odio hacia él.

Mi época de ser odiada empezaba ese día cuando ella cumplió 16 años. Me veía por la calle y pasaba sin saludarme, hice mi mayor esfuerzo por darle una educación universitaria pero se encaprichó que quería ir a una universidad privada, la más cara del país y yo en esos momentos que cargaba el peso y la responsabilidad de sostener el hogar ya que el padre de mis hijos se negó a buscar trabajo en otra  cosa que no estuviera a su altura de ingeniero, no me permitía pagarle esa universidad.

A pesar de mis limitaciones hice el sacrificio y la inscribí  allí, los gastos eran altos ya que ésta universidad estaba lejos de nuestro hogar y eso representaba pagar alquiler de residencia y gastos de alimentos, transporte y gastos de estudios universitarios.

Fueron meses terribles porque si le enviaba dinero ya no me quedaba para sostener los estudios de los otros tres hijos que velozmente también se estaban graduando de bachilleres, sin contar los gastos de comida, estudios, transporte, vestido, calzado, salud y servicios básicos del hogar.

Surgieron problemas de acoso sexual en mi trabajo de secretaria donde ganaba muy poco y el estrés, la angustia y el sentirme chuleada por un marido que no colaboraba en el sustento familiar, me hizo tomar la pésima decisión de renunciar y así fue como los dos cabezas de familia quedamos desempleados, sin ayuda y sin amigos.

La niñita malcriada no hacía sino pedir que le enviaran dinero y cuando no se le siguió mandando dejó su carrera a mitad de camino. Qué frustración y pesar!! La segunda hija dejó los estudios antes de graduarse y los dos menores seguían a mitad de sus estudios pasando hambre y necesidades.

Fueron los peores años de mi vida, mi matrimonio naufragó, llegaron los comunistas al poder, el desempleo aumentó y los que no éramos chavistas estábamos segregados.

Llegué al punto de inscribirme en una universidad pública que me quedaba cerca de donde vivía, con el único propósito de no morirme de hambre y llevarles a mis hijos lo poquito que podía recolectar en el comedor universitario.

Acudí a mis amistades que como me veían pobre ya ni me saludaban, solo veía desprecio a mi alrededor y esta hija malvada ya de regreso al hogar empezó su campaña de odio, desprecio y deshonra hacia mi principalmente ya que su padre los envenenaba a todos los hijos en mi contra.

Con ella dirigiendo la batuta me hacían toda clase de maldades: me quemaron mi mejor ropa, me escondían la comida que ella compraba porque ya había conseguido un trabajo, me tiraron mis cosas a la calle, la falta de respeto era contínua y yo empecé a maquinar mi huida de ese infierno que ya no era hogar, de unos hijos que se convirtieron en enemigos y de un marido que me agredía física y psicológicamente cuando lo que yo más necesitaba era comprensión y afecto de todos ellos.  Todo ese torbellino de ataques y desamores me llevaron a tomar la decisión de abandonarlos y así castigarlos por el sufrimiento que me estaban ocasionando. 

Mi familia en general me catalogó como "mala madre", de todas partes venían los vejamenes e insultos.  Salí de ese hogar sin llevarme nada sólo lo que llevaba puesto ya que pensé que mis hijos resolverían sus problemas económicos con mis cosas de mayor valor,  pero qué me iba a imaginar que el perverso y malvado de su padre tomaría mis cosas para hacerles regalos a las prostitutas que metió en mi casa, dejando a mis hijos sin otra alternativa que salir a trabajar sin sueldo en las casas de sus familiares.   (Continuará...)

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